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No existe responsabilidad colectiva sin responsabilidad individual


Os traemos un artículo de Diario Responsable en el que su autora, Bárbara Outon Luque, reflexiona sobre la importancia de pasar de la queja y del rol de víctima al papel de protagonista para hacernos esponsables sobre lo que nos está pasando y posibilitar la acción, el cambio.


“Todos los hombres se parecen por sus palabras; solamente las obras evidencian que no son iguales” Molière. En estas semanas en las que la cumbre de clima ha ocupado las portadas de muchas publicaciones, los tuits de muchas personas, las temáticas de WhatsApp y conversaciones de cafés, una de las ideas más comentadas que he escuchado es la falta de credibilidad en las acciones de los políticos por sus constantes contradicciones entre hechos y palabras. Esto hace reflexionar. Reflexionar sobre dónde y porqué ponemos el foco.


Los políticos en el poder, al menos en países democráticos, son personas que nosotros hemos elegido para que nos representen en las grandes decisiones donde ellos están más preparados, en general, que cada uno de nosotros. Es un sistema que sin duda tendrá matices que corregir, pero cuyo resultado es el reflejo de lo que la sociedad está eligiendo.

Si están ahí, es porque cada uno, con nuestra responsabilidad individual, hemos decidido que lo estén.

Si no estamos de acuerdo, ¿Qué estamos haciendo para cambiarlo? ¿Cuál es la responsabilidad que estamos asumiendo al respecto?


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